Ganaderos y empresarios del campo denuncian que las quemas a gran escala se ejecutan alrededor de nacimientos de agua que sirven de despensa a varios municipios de la zona. Hasta el momento, ninguna autoridad administrativa o de policía se ha apersonado del asunto.
La situación de orden público en el departamento del Cauca es insostenible, pues, cuando no son los largos bloqueos en la vía Panamericana -la cual registra más de 30 taponamientos en lo que va corrido del año- son las invasiones por parte de comunidades indígenas a predios privados o los incendios en zonas de reserva natural.
El pasado mes de junio, varios grupos indígenas se tomaron por la fuerza la Hacienda El Japío, ubicada en el municipio de Caloto, Cauca, y prendieron fuego más de 1000 hectáreas de bosque seco tropical, poniendo en jaque a la flora y fauna de esa zona, declarada como reserva natural.
“Con profunda tristeza les comunico que el bosque seco tropical de mi municipio, de Caloto, hoy está siendo incinerado. Hay un crimen ambiental, un crimen ecológico de las especies únicas de flora y fauna silvestre. Estamos ante un incendio en áreas protegidas, le pedimos a la nación, a la vicepresidencia, que nos ayude a controlar este incendio, por favor, no nos abandonen; la flora y la fauna silvestre en el norte del Cauca, los necesitan”, explicó en su momento y notablemente preocupada, María Luisa Holguín.
Ese grupo de indígenas, que permaneció en el citado predio por varios meses ocasionando daños irreparables al medio ambiente de la región, contradiciendo los postulados de su organización autodenominada defensora de la naturaleza y ‘liberadora de la madre Tierra’, fue desalojado el mes de julio gracias a la intervención de la Policía Nacional.
Sin embargo, el pasado fin de semana los indígenas retornaron al lugar para ejecutar las mismas acciones criminales contra bienes privados y de interés para toda la sociedad, habida cuenta de la declaratoria de reserva que ostentan.
Ganaderos y empresarios del campo denunciaron que los incendios se presentan en una zona aledaña a nacimientos de agua que sirven de despensa a varios municipios del departamento del Cauca y que a pesar de los llamados constantes, ninguna autoridad administrativa o de policía se ha hecho presente en el lugar.
Finalmente, preocupados por los daños que se pueden seguir provocando a la flora y fauna de ese sector, hacen un llamado al gobierno nacional, departamental y municipal para que se brinden las garantías a los propietarios privados de los bienes invadidos y se ejecuten las acciones necesarias para contener la nueva arremetida de los grupos indígenas que habitan en la zona.